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De todas estas emanaciones gaseiformes, las mas numerosas y abundantes son las de ácido carbónico denominadas tambien mofetas. En las regiones volcánicas, como son en Alemania, el valle profundamente quebrado del Eifel, los alrededores del lago Lach, el circo de Wehr y la Bohemia occidental, las emisiones de ácido carbónico aparecen como un último esfuerzo de la actividad volcánica. En épocas anteriores, el calor mas fuerte del globo terrestre y el número considerable de grietas que las rocas ígneas no habian cortado aun, favorecieron poderosamente estas emisiones; grandes cantidades de vapores de agua caliente y de gas ácido carbónico se mezclaron con la atmósfera, y produjeron en casi todas las latitudes esa vegetacion exhuberante, esa plenitud de desarrollo orgánico cuyo cuadro ha trazado Adolfo Brongniart (98). En las regiones cálidas y húmedas, donde la atmósfera se halla siempre sobrecargada de gas ácido carbónico, los vegetales encontraron condiciones tan favorables á su desarrollo y abundancia de sustancias propias para su nutricion, que pudieron formar los materiales de las capas de carbon de piedra y de lignito, fuentes casi inagotables de fuerza física y de bienestar para las naciones. Estos lechos de combustibles están repartidos principalmente en cuencas que la naturaleza parece haber concedido especialmente á ciertas regiones de Europa, tales como las Islas Británicas, la Bélgica, la Francia, las provincias Rinianas interiores y la Silesia superior. La enorme cantidad de ácido carbónico cuya combinacion con la cal ha producido las rocas calizas, formando esas grandes capas en que solo entra próximamente como una octava parte de carbono (99), salió entonces del fondo de la Tierra, bajo la influencia predominante de las fuerzas volcánicas. Lo que no pudieron absorber las tierras alcalinas, se repartió en la atmósfera, donde los vejetales del antiguo mundo se nutrieron incesantemente; el aire, purificado así por el desarrollo de