chan, llenan grandes depósitos y se solidifican en ellos formando capas superpuestas. Esto es todo lo que puede decirse en general acerca de la especie de actividad volcánica de que se trata.
Fragmentos de rocas pertenecientes á los terrenos que atraviesan los volcanes, son frecuentemente arrojados al esterior con una envuelta de orígen ígneo. De esta manera he visto fragmentos angulares de sienita feldespática contenidos en la lava negra del volcan mejicano de Jorullo, lava compuesta especialmente de augita. En el Vesubio se encuentran masas de dolomia y de caliza granular que contienen magníficos grupos de minerales cristalizados (vesuvianas y granates cubiertos de meionita, de nefalina y sodalita); pero estas masas no han sido lanzadas por el Vesubio, «mas bien pertenecen á capas de toba, formacion muy estendida y mas antigua que el levantamiento del Samma ó del Vesubio, probablemente producidas por la accion volcánica submarina, cuyo foco debia estar situado á una gran profundidad (21).» Entre los productos de los volcanes que actualmente existen, se encuentran cinco metales, que son: el hierro, el cobre, el plomo, el arsénico y el selenio, descubierto este último por Stromeyer en el cráter de Volcano. Los vapores de las humerolas contienen sublimaciones de cloruro de hierro, de cobre, de plomo y de amoniaco. Grandes cantidades de hierro especular (22), y de sal marina, llenan las cavidades de las corrientes de lava reciente y tapizan las hendiduras que se forman en las paredes del cráter.
La composicion mineralógica de la lava varía segun la naturaleza de las rocas cristalinas que constituyen el volcan; segun la altura del punto en que se efectúa la erupcion (ya sea al pie de la montaña, ya mas cerca del cráter); y, por último, segun el calor mas ó menos fuerte que reina a el interior. En algunos volcanes faltan completamente