los tan numerosos y perfectamente conocidos fósiles, de las formaciones terciarias. Agasiz, que ha examinado 1700 especies de peces fósiles, y que calcula en 8000 el número de las especies actuales descritas, ó conservadas en nuestras colecciones, afirma en su gran obra, que «escepcion hecha de un pez fósil, propio de las geodas arcillosas de la Groenlandia, no ha encontrado nunca en los terrenos de transicion, ni en los secundarios y terciarios, animal de esta clase que fuese indéntico con un pez vivo en la actualidad;» y añade esta importante observacion: «La tercera parte de los fósiles del calcáreo tosco y de la arcilla de Lóndres pertenece á familias estinguidas; debajo de la creta no se halla ni un solo género de peces de la época actual; y la singular familia de los sauroides (peces cuyas escamas están cubiertas de esmalte, que se aproximan casi á las de los reptiles, y provienen de la formacion carbonífera, donde yacen sus mayores especies, hasta la creta donde se encuentran aun algunos individuos) presenta con dos especies que habitan hoy el Nilo y ciertos rios de América (el lepidosteo y el polyptero) las mismas relaciones que existen entre nuestros elefantes ó nuestros tapires, y los mastodontes ó los anaploteriones del mundo primitivo (7).
Sea lo que quiera, las preciosas investigaciones de Ehrenberg han probado que las capas de creta, donde yacen aun dos especies de estos peces sauroides y reptiles gigantescos y todo un mundo destruido de corales y de conchas, están enteramente compuestos de polytolamos microscópicos, de los cuales un gran número vive hoy en nuestros mares, y hacia las latitudes medias en el mar del Norte y en el Báltico. Hablando, pues, rigorosamente, el grupo terciario que descansa inmediatamente sobre la creta, llamado ordinariamente de capas del período eóceno no merece este nombre, «porque la aurora del mundo en que vivimos se estiende mas allá de las edades anteriores,»