efectuado lentamente á través de una larga série de levantamientos y depresiones, y cumplídose al cabo por la aglutinacion de pequeños continentes antes aislados. La figura actual de estos es producto de dos causas que han obrado una en pos de otra, y son: la primera, una reaccion subterránea, cuya fuerza y direccion nos seria imposible determinar, porque salen para nosotros del círculo de los hechos necesarios; y la segunda, comprende todas aquellas potencias que se mueven en la superficie, entre las cuales las erupciones volcánicas, los temblores de tierra, los levantamientos de las cadenas de montañas y las corrientes del mar, han desempeñado principal papel. ¡Cuán diferente de como es hoy no habria sido la temperatura de la tierra, la vegetacion, la agricultura y hasta la civilizacion misma, si los ejes del antiguo y nuevo Continente hubiesen recibido igual direccion; si la cadena de los Andes, en vez de dibujar un meridiano, corriese del Este al Oeste; si no hubiese ninguna tierra tropical (África) que irradiese fuertemente el calórico al Sud de Europa; si el Mediterráneo, en fin, que comunicaba primitivamente con el mar Cáspio y con el mar Rojo, y que ha favorecido poderosamente el establecimiento de las razas humanas, hubiera sido reemplazado por un terreno de tanta altura como las llanuras de la Lombardía ó de la antigua Cirene!
Los cambios que se han originado en los niveles relativos de las partes sólidas y líquidas de la costra terrestre, y que han determinado la emersion y la inmersion de las tierras bajas y los contornos actuales de los continentes, deben atribuirse á un conjunto de causas numerosas que han ido obrando sucesivamente, y entre las cuales las mas decisivas son sin disputa la fuerza elástica de los vapores contenidos en el interior de la tierra; las variaciones bruscas de temperatura de ciertas capas de mucho espesor (48); el enfriamiento secular é irregular de la corteza y del cen-