Ritter (traducido del alemán al francés por E. Buret y E. Desor).
^(27) Pág. 53.—Κοσμος en su acepcion mas antigua y en el sentido propio de la palabra, significa adorno (ornato del hombre, de la mujer ó del caballo); tomada en sentido figurado por εὺταξία significa orden y ornamento del discurso. Por confesion de todos los antiguos, Pitágoras fue el primero que empleó esta voz para designar el órden en el universo y aun el universo mismo. Pitágoras nunca escribió, pero se encuentran pruebas muy antiguas de este aserto en muchos pasajes de los fragmentos de Philolao (véase Stobée Eglogæ, p. 360 y 460, ed. Hecren, y Bœckh, Philolaus, p. 62 y 90). Siguiendo el ejemplo de Næke, no citamos á Timeo de Locres por ser dudosa su autenticidad. Plutarco (de Placitis philosophorum, l. II, c. 1) dice del modo mas claro que Pitágoras dio el nombre de Cosmos al universo, á causa del órden que en él reina. (Véase tambien Galien, de Historia philosoph., p. 429). De las escuelas filosóficas, esta palabra con su nueva significacion paso al dominio de los poetas y de los prosistas. Platon designa los cuerpos celestes con el nombre de Uranos; pero el órden de los cielos es tambien para él el Cosmos; y en su Timeo (página 30, b), dice que el mundo es un animal dotado de un alma (κóσμον ζῶον ἐμψύχον). Sobre el espíritu separado de la materia, ordenador del, mundo véase Anaxágoras de Clazomène, ed. Schaubach, p. 111, y Plutarco, de Placitis philosoph., l. 11, c. 3). En Aristóteles (de Cœlo, l. I, c. 9) el Cosmos es «el universo y el órden del universo;»» pero tambien le considera como dividiéndose en dos partes en el espacio: el mundo sublunar y el mundo situado sobre la luna (Meteorol., l. I, c. 2 y 3, p. 339 a. y 340 b, ed. Bekker). La definicion del Cosmos que he citado anteriormente en el testo, está tomada del Pseudo-Aristóteles, de Mundo, c. II, p. 391, y concebida en estos términos: Κοσμος ἐστὶ συστήμα ἐξ ουρανοῡ ϰαὶ γὴς ϰαὶ τῶν ἐν τούτιος περιεχομενον φύσεων. Λέγεται δὲ ϰαὶ ετερως ἡ τῶν ὅλων τὰςις τε ϰαὶ διαϰόσμησις, ὑπὸθεῶν τε ϰαὶ διὰ θεῶν φυλαττομενη. La mayor parte de los pasajes de los autores griegos sobre el Cosmos, se encuentran reunidos, primeramente en la controversia de Richard Bentley contra Charles Boyle, sobre la existencia histórica de Zaleuco, legislador de Locres (Opuscula philologices, 1781, p. 347, 445; Dissertation upon the Epistles of Phalaris, 1817, p. 254); despues, en la escelente obra de Nœke, Sched. crit., 1812, p. 9-15; y por último, en Teófilo Schmidt, ad Cleom. cycl. theor. met., l. I, c. 1, p. IX, 1 y 99. Tomada en acepcion mas restringida, la palabra Cosmos se ha empleado tambien en plural (Plut, ibid., l. I, c. 5) para designar las estrellas (Stobée. l. I, p. 514; Plut., l. II, c. 13), ó los innumerables sistemas diseminados como otras tantas islas en la inmensidad de los cielos, y formados cada uno de un sol y una luna (Anaxag. Claz., Fragm., p. 89, 93, 120: Brandis, Geschichte der Griechisch-Römischen Philosophie, t. I, p. 252). Cada uno de estos grupos, formando asi un Cosmos,