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Martins, 1843, p. 433. Cf. Argelander, coleccion citada en la nota precedente, t. I, p. 259.

^(73)  Pág. 175.—John Franklin, Narrative of a Journey tothe shores of the Polar Sea in the years 1819-1822, p. 552 y 597; Thienemann, en el Edinhurgh Philos. Journal, t. XX, p. 366. Farquharson, la misma coleccion, t. VI, p. 392; Wrangel, Phys. Beobacht, p. 59. Parry notó aun en pleno día el arco de la aurora boreal sin agitacion alguna; véase Journal of á second Voyage performed en 1821-1823, p. 156. Una observacion casi igual se hizo en Inglaterra el 9 de setiembre de 1827, distinguiéndose en pleno medio dia en una parte del cielo que acababa de iluminarse á seguida de una lluvia, un arco luminoso de 20° de altura, del cual se elevaban brillantes columnas; véase Journal of the Boyal Institution of Gr. Britain, 1828 enero, p. 429.

^(74)  Pág. 176.—A mi regreso de América describí, bajo el nombre de fajas polares, cierta disposicion que afectan alguna vez pequeños copos de nubes regularmente separadas como por la accion de fuerzas repulsivas. Escogí este nombre porque ordinariamente el punto donde las fajas convergian en perspectiva sobre el cielo, coincidía con el polo magnético, de suerte que las líneas paralelas formadas por estas capas seguian el meridiano magnético del lugar. Este fenómeno enigmático presentaba otra particularidad: el punto de convergencia parecía elevarse y bajarse poco á poco; y otras veces se movia regularmente en una misma direccion. De ordinario esas fajas no se forman enteramente sino en una parte del cielo; al principio afectan la direccion de Norte á Sud; y despues, á medida que adelantan, la cambian poco apoco y acaban por tomar la del Este á Oeste. No creo posible esplicar los movimientos de las zonas por variaciones ocurridas en las corrientes de las regiones superiores de la atmósfera. Estas fajas se presentan cuando el cielo está perfectamente puro y sereno, y son mucho mas frecuentes en los trópicos que en las zonas frías ó templadas. He notado este fenómeno en la cadena de los Andes, casi bajo el Ecuador, á 4,550 m. de elevacion, asi como en Asia, en las llanuras de Krasnojaski, al Sud de Buchtarminsk; y siempre se ha desarrollado de un modo tan sorprendente que era imposible desconocer la accion de fuerzas naturales muy generales y estendidas. Véanse las importantes notas de Kæmtz (Vorles über Meteorologie, 1840, p. 146), y las reflexiones mas recientes de Martins y de Bravais (Meteorologie, 1843, p. 117). Arago ha observado en París el 23 de junio de 1844, fajas polares australes, formadas de nubes estremadamente lijeras y rayos oscuros que parecian salir de un arco dirijido del Este al Oeste. Hemos hablado antes de rayos negros semejantes á humo espeso que se ven en las auroras boreales.