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^(75)  Pág. 176.—En las islas Shetland, la aurora boreal lleva el nombre de the merry dancers. Véase Kendal en el Quarterly Journal of Science, new series, t. IV, p. 395.

^(76)  Pag. 177.—Véase el escelente trabajo de Muncke en la nueva edicion de Physik Wörterbuch de Gehler, t. VII, 1.ª parte, p. 113-268 y en particular p. 158.

^(77)  Pág. 177.— Farquharson, en el Edinb. Philos. Journal, t. XVI, p. 504, Philos. Transact. for 1829, p. 113.

^(78)  Pág. 179.— Kæmtz, Lehrbuch der Meteorologie, t, III, p. 498 y 501.

^(79)  Pág. 181.—Arago. sobre las nieblas secas de 1783 y de 1831, que parecian luminosas durante la noche, en el Annuaire du Bureau des longitudes, 1832, p. 246 y 250; y sobre la luz singular emitida por ciertas nubes no tempestuosas. Véase Notice sur le Tonnerre, en el Annuaire pour 1838, p. 279-285.

^(80)  Pág— 183.—Herodoto, l. IV, c, 28. Los antiguos aseguraban que el Egipto no estaba sujeto á los temblores de tierra (Plinio, l. II, c. 80); pero esta asercion está contradicha por la necesidad que hubo de restaurar el coloso de Memnon (Letronne, la Statue vocale de Memnon, 1833, p. 25-26); al menos puede decirse, que el valle del Nilo está colocado fuera del círculo de sacudimiento de Byzancio, del Archipiélago y de la Siria. (Ideler, ad Aristot. Meteor. p. 485).

^(81)  Pág. 183.—Saint Martin, en las eruditas notas que ha reunido en la Histoire du Bas-Empire, de Lebeau, t. IX, p. 401.

^(82)  Pág. 183.—Humboldt, Asie centrale, t. II, p. 110-118. Sobre la diferencia entre el sacudimiento de la superficie y el de las capas inferiores, véase Gay-Lussac en los Annales de Chimie et de Physique, t. XXII, p. 429.

^(83)  Pág. 184.—«Tutissimum est cum vibrat crispante ædificiorum crepitu; et cum intumescit assurgens alternoque motu residet, innoxium et cum concurrentia tecta contrario ictu arietant; quoniam alter motus alteri renititur. Undantis inclinatio et fluctus more quædam volutatio infesta est, aut cum in unam partem totus se motus impellit.» Plinio. l. II, c. 82.

^(84)  Pág. 185.— En la misma Italia empieza á reconocerse cuan poco dependen los temblores de tierra de los fenómenos metereológicos, y del aspecto del cielo antes de las sacudidas. Los datos numéricos de Federico