sinos (sobre el chaon, al Sud de Argos), en Herodoto, l. VI, c. 67, y en Pausanias, l. II, c. 24; las termas de Edepso (en Eubea), cuya temperatura es para los unos de 31° y para los otros de 62 á 75°, en Strabon p. 60, 447, y en Ateneo, l. II, c. 3; las fuentes de las Termópilas, situadas al pié del Œta, y cuyo calor es de 65°, en Pausanias, l. X, c. 21. (Estracto de notas manuscritas del profesor Curtius, sabio compañero de viaje de Otfried Müller.)
^(7) Pág. 201.—Plinio, l. II, c. 106; Séneca, Epist. 79, § 3 (ed. Ruhkopf); (Beaufort, Survey of the Coast of Karamania, 1820, art. Yanar, cerca de Deliktasch, la antigua Phaselis, p. 24), Cf. tambien Ctenias, Fragm., c. 10, p. 230, ed. Bæhr; Strabon, l. XIV, p. 665, Casaub.
^(8) Pág. 201.—Arago, en el Annuaire para 1835, p. 234.
^(9) Pág. 201.—Acta S. Patricii, p. 555, ed. Ruinard, t. II, p. 385, Mazochi. Dureau de la Malle es el primero que ha indicado este paraje notable, en sus Recherches sur la Topographie de Carthage, 1835, p. 276. (Cf. Séneca, Natur. Quæst., l. III, c. 24.)
^(10) Pág. 203.— Humboldt, Relat. hist., t. III, p. 562-567; Asie centrale, t. I, p. 43, t. II, p. 505-515; Vues des cordilléres, lám. XLI. Sobre el Macalubi (del árabe mak hlub invertido; raiz Khalaba) y sobre «la tierra flúida que vomita la Tierra», véase Solinus, c. 5. «Idem ager Agrigentinus eructat limosas scaturigines, et ut venæ fontium sufficiunt rivis subministrandis, ita in hac Siciliæ parte, solo nunquam deficiente, æterna rejectatione terram terra evomit.»
^(11) Pág. 203.—Véase el excelente mapita de la isla de Nysiros, en Ross. Reisen auf den griechischen Inseln., t. II, 1843, p. 69.
^(12) Pág. 203.—Véase Leopoldo de Buch, Canarische Inseln, p. 326; y el mismo autor Ueber Erhebungscratere und Vulcane, en los Annalen de Poggendorff, t. XXXVI, p. 169. Ya Strabon distingue muy bien dos modos de formacion de las islas, en el período en que habla de la separacion de la Sicilia y de la Calabria: «Algunas islas, dice (l. VI, p. 238, ed. Casaub.), son fragmentos separados de la tierra firme; otras, han surgido del fondo de los mares, como sucede aun hoy. Las islas de alta mar (las islas situadas lejos de los continentes) han sido probablemente formadas así por el levantamiento de una parte del suelo submarino; en tanto que las islas colocadas delante de los promontorios parecen haber sido separadas de la tierra firme.»
^(13) Pág. 206—Ocre Fisove (Mons Vesuvius) en la antigua lengua