umbriana (Lassen, Bentung der Eugubinischen Tafeln en el Rhein Museum, 1832, p. 387); la palabra ocre significa montaña, segun el testimonio del mismo Festus. Segun Voss, Etna indica montaña ardiente ó montaña brillante; pero Voss cree de orígen griego la palabra Αἴτνη, y la une á αἴθω ó á αιθινος; ahora bien, el sábio Parthey rechaza este orígen helénico, primero por motivos puramente etimológicos, y luego porque el Etna no ha sido nunca para los navegantes griegos un faro luminosa como el infatigable Stromboli, que Homero designa en la Odisea (l. XII, v. 68, 202 y 219), aunque sin fijar bien claramente su posicion. En mi juicio, seria preciso buscar en la lengua de los antiguos Sículos el orígen de la palabra Etna, si por ventura llega algun dia en que se recojan restos importantes de esta lengua. Segun Diodoro (l. V, c. 6) los Sicani, es decir, los ab-orígenes, que habitaban la Sicilia antes que los Siculi, fueron obligados á confinarse en la parte Occidental de la isla para huir de las erupciones del Etna, que duraron muchos años. La erupcion histórica mas antigua de este volcan, es aquella de que Píndaro y Esquilo han hecho mencion: que tuvo lugar bajo Hieron en el año segundo de la Olimpiada 75. Segun toda verosimilitud, Hesiodo conocia las erupciones devastadoras del Etna antes del establecimiento de las colonias griegas; Sin embargo, quedan aun algunas dudas sobre la palabra Αἴτνη, que está en el testo de Hesiodo (Humboldt, Examen critique, l. I, p. 168.)
^(14) Pág. 206. —Séneca, Epist. 79.
^(15) Pág. 206.—Eliano, Var. hist., l. VIII, c. 11.
^(16) Pág. 208.— Petri Bembi, Opucusla (Ætna Dialogus). Basil., 1556, p. 63. «Quidquid in Ætnae matris utero coalescit nunquam exit ex cratere superiore, quod vel eo incendere gravis materia non queat, vel quia inferius alia spiramenta sunt, non fit opus. Despumant flammis urgentibus ignei rivi pigro fluxu tolas delambentes plagas, et in lapidem indurescunt.»
^(17) Pág. 209.—Véase mi dibujo del volcan de Jorullo, de sus Hornitos y del Malpais levantado, en las Vues des Cordilléres, lám. XLIII, p. 239.
^(18) Pág. 209.— Humboldt, Essai sur la Geogr. des Plantes et Tableau phys. des regiones equinoxiales, 1807, p. 130, y Essai géogn. sur le Gisement des Roches, p. 321. Basta considerar la mayor parte de los volcanes de la isla de Java, para convencerse de que la forma, la posicion y la altura absoluta de un volcan, no son suficientes á esplicar la carencia total de las corrientes de lava durante un período de actividad no interrumpida.