el Himalaya, que son: Colebrooke, Webb y Hogdson, Victor Jaquemont, Forbes Noyle, Cárlos de Hügel y Vigne, han confirmado todos el esceso de altura de las nieves en la vertiente tibetana, y sin embargo, el hecho ha sido puesto en duda por John Gerard, el geólogo Mac Clelland, editor del Calcutta Journal, y el teniente Thomas Hutton (Assistant Surveyor of the Agra division). La aparicion de mi obra acerca del Asia central ha reanimado este debate. En un número reciente del diario publicado en las Indias por Mac Clellan y Griffith (the Calcutta Journal of natural history, t. IV, 1844, January), se hallaba una noticia muy notable y decisiva de todo punto sobre los límites de las nieves del Himalaya. Batten (Bengal service) escribia desde el campamento de Semulka, á orillas del rio de Cosillah, en la provincia de Kumaon: «Acabo de leer con sorpresa las aserciones de Thomas Hutton acerca del limite de las nieves perpétuas. Deber mio es contradecirlas, máxime cuando veo que Mac Clelland llega hasta á hablar del servicio que Hutton acaba de prestar á las ciencias destruyendo un error generalmente esparcido (Journal of the Asiatic Society of Bengal, t. IX, Calcutta, 1840, p. 575, 578 y 580). No es exacto que cuantos viajeros han recorrido el Himalaya participen de las dudas de Hutton. Yo soy uno de los que han visitado con mas frecuencia la parte occidental de nuestra poderosa cadena. He ido por el Borendo-Pass al valle de Buspa y al bajo Kanawer, y he vuelto á las montarías de Gurwal atravesando la elevada garganta de Rupin. He llegado á las fuentes de Jumma, hácia Jumnotri, y de allí me he dirigido á las afluencias del Ganges, de Mundakni y de Wischnu-Aluknunda, hácia Kadarnath, y el célebre pico nevado de Nundidevi. He atravesado diferentes veces el Niti-Pass para llegar á la meseta tibetana. Yo mismo he fundado el establecimiento de Bhote-Mehals; la situacion de mi morada en medio de las montañas me ha puesto desde seis años á esta parte en comunicacion habitual con los viajeros europeos é indígenas, de los cuales he obtenido las mejores noticias acerca del aspecto del país. Todos los documentos que he logrado reunir, así en mis viajes ó por mis relaciones personales, me llevaron al convencimiento en una cosa que estoy decidido á sostener, y es, que en el Himalaya, el limite de las nieves perpétuas está mas alto en la vertiente septeptrional (tibetana), que en la vertiente meridional (indica). Hutton se sale de la cuestion creyendo que rebate las conclusiones de Humboldt acerca del fenómeno condenado en su generalidad; y lo que realmente impugna es una idea por él mismo forjada; trata de probar, y no tenemos inconveniente en concedérselo, que en ciertas montañas del Himalaya, la nieve ha podido durar mucho mas tiempo en la vertiente del Norte que en la del Sud.» (Cf. tambien la nota 5 de la p. 9.) Si la altura media de la meseta tibetana es de 3500 m., podemos compararla á la meseta fértil de Caxamarca en el Perú; pero aun esta evaluacion la coloca á 400 m. por debajo de la meseta de Bolivia, en que
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