tado el universo en el trascurso de las edades, desde las estrellas nuevas que repentinamente han aparecido y desaparecido en la bóveda del firmamento, desde las nebulosas que se disuelven ó se condensan, hasta la primera capa de vegetacion criptógama que ha cubierto la superficie apenas enfriada del globo, ó un banco de corales levantado en el seno de los mares. La descripcion física del mundo ofrece el cuadro de lo que coexiste en el espacio, de la accion simultánea de las fuerzas naturales y de los fenómenos que estas producen. Pero para comprender bien la naturaleza, no se puede separar enteramente y de una manera absoluta la consideracion del estado actual de las cosas, de la de las fases sucesivas por las cuales estas han pasado, ni puede concebirse su esencia sin reflexionar acerca del modo de su formacion. No es la materia orgánica sola la que perpétuamente se compone y se disuelve para formar nuevas combinaciones; el globo, á cada fase de su vida, nos revela tambien el misterio de sus estados anteriores.
No es posible fijar la vista sobre la corteza de nuestro planeta, sin encontrar las huellas de un mundo orgánico destruido. Las rocas sedimentarias presentan una sucesion de séres que se han asociado por grupos, escluidos y reemplazados mútuamente. Estos bancos superpuestos unos á los otros, nos revelan los faunos y las floras de los pasados siglos. En este sentido, la descripcion de la naturaleza está intimamente enlazada con su historia. El geólogo no puede concebir el tiempo presente sin remontarse guiado por el enlace de las observaciones, á miles de siglos trascurridos. Al trazar el cuadro físico del globo, vemos, por decirlo asi, penetrarse reciprocamente el pasado y el presente; por que sucede en el dominio de la naturaleza lo mismo que en el dominio de las lenguas, en las cuales las investigaciones etimológicas nos hacen ver tambien un desarrollo sucesivo, y nos demuestran el estado anterior de