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Página:Alexander von Humboldt - Cosmos - Tomo II.djvu/13

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toda la vida. El sencillo placer que causa ver en los mapas geográficos (2) la forma articulada de ciertos continentes ó de los mares interiores; la esperanza de contemplar esas hermosas constelaciones australes que jamás presenta á nuestra vista la bóveda de nuestro cielo (3); las imágenes de las palmeras de la Palestina ó6 de los cedros del Líbano que contienen las Sagradas Escrituras, pueden engendrar en el fondo del alma de un niño la aficion á espediciones lejanas. 51 me fuese permitido preguntar ahora á mis mas antiguos recuerdos de la juventud, y señalar el atractivo que me inspiró desde el principio el deseo 1rresistible de visitar las regiones tropicales, citaria las pintorescas descripciones de las islas del mar del Sud, por Jorge

Forster; los cuadros de Hodges que representan las orillas —del Ganges, en la casa de Warren Hastings de Londres; y un drago colosal que ví en una antigua estufa del Jardin botánico de Berlin. Estos ejemplos se refieren á las tres clases anteriormente mencionadas, al género des— eriptivo inspirado por la contemplacion inteligente de la Naturaleza; á la pintura de paisaje, y, finalmente, á la observacion directa de las grandes formas del reino vegetal. Preciso es no olvidar que la eficacia de estos medios depende en gran parte del estado de la cultura entre los modernos, y de las predisposiciones del alma, mas ó menos sensible á las impresiones de la Naturaleza, segun las razas y los tiempos.