E 12
adivinación, de cuyo cuidado estaba encargada la casta sacerdotal elegida entre los caballeros, daba ocasion de estudiar diariamente las variaciones metereológicas de la atmósfera. Los Observadores de los relámpagos (fulguratores\) se ocupaban en investigar su direccion, como tambien los medios de atraerlos ó alejarlos (46). Distinguian escrupulosamente los relámpagos que partian de la alta region de las nubes de los Relámpagos terrestres de Saturno, es decir, de losque Saturno, divinidad de la tierra, lanzaba de abajo á arriba (47); diferencia que la física moderna no ha estimado indigna de una particular atencion (48). Merced á estas observaciones, se tenian noticias oficiales y diarias sobre las tormentas. El arte ejercida tambien por los Etruscos, de hacer caer la lluvia (aqu: elicium\) ó de hacer brotar manantiales ocultos, suponia en los —4guileges un profundo estudio de todos los indicios naturales que sirven para reconocer la estratificación de las rocas y las desigrualdades del suelo. Así, Diodoro alaba á los Etruscos por la curiosidad con que se entregaban á la investigacion de las leyes de la Naturaleza. A su elogio añadiremos, que la poderosa casta sacerdotal de los Tarquinios dió el raro ejemplo de protejer las ciencias físicas.
Antes de llegar á los Helenos, á esa raza tan felizmente dotada, en cuya cultura ha echado profundas raices la cultura moderna, y cuyas tradiciones han contribuido en mucho á formar la idea que podemos tener de las primeras nociones difundidas sobre los pueblos y sobre el mundo, hemos indicado como asientos originarios de la civilizacion el Egipto, la Fenicia y la Etruria. Hemos considerado la cuenca del Mediterraneo en su configuracion propia y ensu situacion relativa, investigando la influencia de estos accldentes y de estas ralaciones en el comercio que se estableció entre las costas occidentales del Africa, las regiones del Norte, el golfo Arábigo y el Océano Indico. Enningun lugar