E) e
Desde fines del siglo VII habian pasado de la India á la Arabia tablas planetarias (10). Hemos dicho antes que el Susruta, antiguo depósito de todos los conocimientos médicos de los Indios, fue traducido por algunos sábios de la córte del califa Haron-al-Raschid; prueba palpable de la cogida que encontró desde un principio la literatura sanscrita. El matemático árabe Albyruni fué él mismo á la India para estudiar la Astronomía. Sus escritos, conocidos por primera vez hace muy poco tiempo, acreditan cuán familiares le eran la comarca, las tradiciones y la ciencia compleja de los Indios (11).
Cualesquiera que sean, por otra parte, las obligaciones de los Arabes para con los pueblos que les precedieron en civilizacion, particularmente para con las escuelas de la India y de Alejandría, no puede negarse que han engrandecido de una manera considerable el dominio de la Astronomía, gracias á su sentido práctico, al número y direccion de sus observaciones, á la perfeccion de los instrumentos de medida, y finalmente, al celo con que corrigieron las antiguas tablas comparándolas cuidadosamente con el Cielo. Sédillot ha reconocido en el libro VII del A/wagesto de AbulWetfa, la importante perturbacion á que está sometida la longitud de la Luna; perturbacion que desaparece en las s: izigias y en los cuartos y toca su máximum en los octantes. Este fenómeno es el mismo que bajo el nombre de zariacion se habia considerado hasta aquí como un descubrimiento de Ticho-Brahe (12). Las observaciones de Ebu-Junis en el Cairo han adquirido principalmente importancia por las perturbaciones y las variaciones seculares comprobadas en las órbitas de los dos mayores planetas, Júpiter y Saturno (13). El cuidado que tuvo el califa Al-Mamon de hacer medir un grado terrestre en la gran llanura de Sindschar, entre Tadmor y Bakla por observadores cuyos nombres nos ha conservado Ebu-Junis, tiene menos importancia por los
