Página:Alexander von Humboldt - Cosmos - Tomo II.djvu/272

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 264 —

D=

raleza para todos los séres animados que pueblan el continente.

Cuando á fines del siglo XV todas las inteligencias se ocupaban ardientemente en descubrir el camino mas corto hácia el país de las especias; cuando casi al mismo tiempo germinaba en el espíritu de dos hombres italianos eminentes, Cristóbal Colon y Pablo Toscanelli, la idea de llegar al Oriente navegando hácia el Oeste (80), la opinion dominante era la de Tolomeo en el A/magesto, á saber, que el antiguo continente, desde la costa occidental de la península Ibérica, hasta el meridiano de los Sinos, situado en la estremidad oriental del mundo, comprendia un espacio de 180 grados ecuatoriales, es decir, la mitad de la esfera terrestre. Inducido á error Colon por una larga série de deducciones equivocadas, elevó este espacio hasta 240 gra dos. La costa oriental del Asia, por la cual suspiraba, le parecia que llegaba hasta la Nueva California, bajo el meridiano de San Diego. Esperaba, segun esto, no tener que recorrer mas que 120 grados de longitud, en lugar de 231 que separan en realidad el rico depósito chino de Quinsay, por ejemplo, y la estremidad de la península Ibérica. Toscanelli en su correspondencia con Colon restringia la estension del elemento líquido de una manera todavía mas sorprendente, y armonizaba así las cosas con sus proyectos. Segun él, el Océano desde Portugal 4 la China llenaba solo un intérvalo de 52 grados de longitud; de tal suerte que conforme á las palabras del profeta Esdras, los */, de la tierra estaban en seco. Una carta que Colon escribió desde Ha16 a la reina Isabel, 4 su vuelta del tercer viaje, prueba que se inclinó hácia esta opinion en los años siguientes. Y tanto mas se inclinaba, cuanto que participaba tambien de ella en su Cuadro del Mundo (¡mago mundi) (81) el cardenal d*A yll1, que á sus ojos era la mas alta autoridad.

Seis años despues que Balboa, espada en mano, y