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electricidad estática ó dinámica; y como, por otra parte, los fenómenos del calor, por obrar sobre las dimensiones de los cuerpos, son los que mas fácilmente se someten á la apreciación de los sentidos, resulta de aquí que los instrumentos destinados á medir el calor habian de señalar, como ya he dicho en otro lugar, una época importante en el desarrollo de la ciencia general de la Naturaleza. La aplicacion del termómetro y las consecuencias racionales que pueden deducirse de las indicaciones que suministra, han abierto horizontes no menos vastos que el dominio mismo de las fuerzas de la Naturaleza, bien sea que obren estas fuerzas en el mar atmosférico, en la tierra firme ó en las capas super— puestas del Océano, en las materias inorgánicas ó en los órsanos vitales de los séres organizados.
Los efectos del calórico radiante tambien fueron observados con mas de un siglo de anterioridad á los grandes trabajos de Scheele, por los miembros Horentinos de la -1cademia del Cimento, empleando en estos esperimentos espeJos esférieos, á cuyo foco se adaptaban cuerpos calientes, aunque no inflamados, y trozos de hielo hasta de 500 libras de peso (18). A fines del siglo XVII, Mariotte buscó las proporciones del calórico radiante á su paso por entre láminas de cristal. No podemos omitir estos esperimentos aislados, porque la teoría de la irradiacion del calor mas tarde esclareció mucho las cuestiones relativas al enfriamiento del elobo, formacion del rocío, y multitud de otros fenómenos zenerales que modifican los climas; asi como tambien, porque á la maravillosa penetracion de Mellon:, á reconocer el contraste que se observa entre la diatermaneidad de la sal gemma y la del alumbre.
A las investigaciones sobre el calor del aire, variable segun las estaciones, la latitud geográfica y la elevacion del suelo, se unieron bien pronto otras sobre los cambios de la presion atmosférica, sobre los vapores contenidos en el aire,
