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Dichikunst, 1.2 parte, 1935, p. 337; Bernhard y, Grundriss der griech. Litteratur, 2.2 parte, p. 176. Sin embargo. segun la opinion de Gottf. Her— mann (Opuscula, t. VI, p. 239), la descripcion pintoresca que hace Hesiodo del invierno tiene todas las trazas de una grande antigúedad.

(8) Pág. 9. Hesiodo, Teogonía, v. 233-264. Puedeser tambien que la Nereida Mera (Odisea, 1. XI, v. 326. Hliada, XVI, 48). designe los resplandores fosforescentes que brillan en la superficie del mar, como ya

este mismo nombre poipa sirve para es, resar la constelacion centellcante de Sirio.

(9) Pág. 9.—Véase Jacobs, Leben und hunst der Alten, 1,5, [.* parte, p. VIL

(10) Pág. 10.—/liada, 1. VII, v. 555-599; IV, 432-435; XI, 115119, Véanse tambien las vivas pinturas, aunque un tanto acumuladas, que Homero ha hecho de diferentes especies de animales, al principio del catálogo dle las naves, U, 458-475,

(11) Pág. 11.—Udisea, l. XIX, v. 491-445; VI, 290; IX, 115-119. Véase tambien la descripcion de las verdes umbrias que rodeaban la gruta de Calipso, «bajo las cuales los Dioses mismos se detendrian admirados y lHeno su corazon de alegría,» (v. 55-73): la pintura de los escollos que cercan la isla de los Feacios (v. 400-442): y los jardines de Alcinóo (VIL, 113-130). Sobre el ditirambo de la Primavera de Píndaro, véase Beckh, Pindari Opera. 1.11. 2% parte. p. 515-349.

(12) Pág. 12—Edipo en Colona, v. 668-119. Entre las descripciones de paisajes que respiran un sentimiento profundo de la Naturaleza, debo citar aquí, en las Bacantes de Eurípides, v.1045 la pintura de Citeron que trepó el mensajero al abandonar el valle del Alopo (Véase Leake, Nort! Greece, t. TL, p. 370); un cuadro de la puesta de Sol en el valle de Delfos, en el Jon del mismo poeta, v, 82: yuna vista de laisla sagrada de Delos batida por las olas tempestuosas, alrededor de la cual revolotran las gaviotas,» en el Himao ú Delos de Calimaco. v. Ll.

(13) Pág. 12.—Véase á Estrabon, que acusa á Eurípides de un errogeográfico, con molivo de las fronteras de Elide (1. VIH, p. 366, ediec. de Casaubon). Este bello pasaje está sacado del Cresfonte. El elogio de la Mesenia se referia naturalmente á la esposicion de las circunstancias polilicas, es decir, de la division del Peloponeso entre los Herádidas. Aqui pues, todavía, segun la ohservacion ingeniosa de Beckh, la rcproduccion de la Naturaleza está íntimamente ligada a la accion humana,

(14) Pág. 14.—Meleagris Reliquie, edic. Manso, p.5., Y. Jacobs,