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teaubriand, escritor que aun vive y que cito aquí por escepcion; en las islas Británicas, el ingenioso Playfair; y, por último, en Alemania, Forster, compañero de Cook en su segundo viaje de circunnavegacion, escritor elocuente y dotado de cuantas facultades hacen apto á un hombre para popularizar la ciencia.

No es de nuestro propósito el investigar aquí cuáles son los caractéres distintivos de estos grandes ingenios; que es lo que en sus obras, por doquiera estendidas, da tanta gracia y atractivo á la pintura del paisaje, mi tampoco lo que perjudica la impresion que hubieran deseado producir. Pero permítase á un viajero que debe la mayor parte de su saber á la contemplacion inmediata del mundo, reunir aquí algunas consideraciones sueltas acerca de una rama de la literatura muy nueva aun, y en general poco cultivada. Buffon, escritor grave y elevado, abarcando á la vez el mundo planetario y el organismo animal, los fenómenos de la luz y los del magnetismo, ha ido en sus esperiencias físicas al fondo de las cosas mucho mas de lo que sospechaban sus contemporáneos. Pero cuando desde las costumbres de los animales pasa 4 la descripcion del paisaje, sus períodos hábilmente contrapuestos, tienen mas pompa oratoriaque verdad pintoresca, y son mas á propósito para disponer al sentimiento de lo sublime que para embargar el alma por la imágen de la Naturaleza viviente y por el reflejo fiel de la realidad. Por mucho que admiren sus esfuerzos, adviértese que no abandonó nunca el centro de la Europa, y que no pudo ver por sí mismo el mundo de los trópicos, que creyó pintar. Lo que sentimos no encontrar, especialmente, en las obras de Buffon, es la relacion armoniosa entre las escenas de la Naturaleza y el sentimiento que deben engendrar. Esa analogía misteriosa que ligalas emociones del alma con los fenómenos del mundo sensible, le fué enteramente desconocida.

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