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donde salen las dragonteas, los helechos de hoja ligera y las floridas orquídeas, con esas hileras de plantas sin vigor que se disponen porfamilias para facilitar las descripciones 6 las clasificaciones de la Botánica. En esta naturaleza exhuberante, lo que debe fijar nuestra atencion, principalmente, es la vegetacion poderosa de los cecropes, de los carolíneos y bambúes; la reunion pintoresca de las grandes y nobles formas vegetales que adornan la parte occidental del curso del Orinoco y las orillas agrestes del rio de las Amazonas y del Huallaga, descritas con tanta verdad por Marcio y Eduardo Poeppig; y por fin la impresion general de aquel espectáculo, en el cual no podemos pensar sin que suspiremos por las regiones en que el manantial de la vida corre con mas abundancia, y de las cuales nuestras estufas, especie de hospitales en otro tiempo para las plantas enfermas, nos ofrecen hoy un reflejo debilitado, aunque brillante todavía.

La pintura de paisaje se halla indudablemente en estado de representar una imágen de la Naturaleza, mas rica y mas completa quela coleccion masescogidade plantascultivadas. La pintura de paisaje dispone soberanamente de la estension y de la forma de los objetos. Para ella, el espacio carece, por decirlo así, de límites; siguelos linderos de los bosques hasta en los vapores de lontananza; precipita de roca en roca el torrente que cae de lo alto de la montaña; y hace pesar el azul profundo del cielo de los trópicos sobre la cima de las palmeras, como sobre la pradera que ondea en el límite del horizonte. La claridad y el color que el cielo puro 6 ligeramente velado del Ecuador, estiende sobre todos los objetos colocados en la superficie de la tierra, da al paisaje una especie de poder misterioso que únicamente puede reproducir la pintura cuando consigue 1mltar aquellos juegos tan dulces de la luz. Desde que la esencia de la tragedia griega se ha conocido mejor, háse