Página:Alternativa Feminista 5.djvu/24

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.5 Un conflicto dc derechos sexuales








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('_Qué medidas deberia impulsar el fe-

minismo para frenar el avance de la por-

nografia? La respuesta a esta pregunta provoco un profundo debate en Estados Unidos. dentro mismo del movimiento feminista.

Mary Kay Blakely sefiala que la cues- tion radica en que la discusion no se Ii- mita a los aspectos puramente filosofi- _ cos, politicos o legales. La gente inevita-

‘. blemente piensa en su vida sexual priva-

da. “(;Estan hablando de mi, de lo que

yo hago?” En pocos temas aparecio tan conectado 10 personal y lo politico como en las discusiones alrededor de esta orde- nanza antipornografica. ~Esta medida

_ apunto al nudo del conflicto entre lo pri-

vado y lo politico, y coloco en la discu- sion a todos los sujetos involucrados en esta disputa de derechos, incluidas las mujeres utilizadas en la produccion de pornografia. Andrea Dworkin explica asi

americanas (ACLU), una organizacion de tono progresista preocupada en preservar los derechos constitucionales.

Quienes critican la Ley, a la vez que condenan la pomografia, sostienen que puede llevar a la censura masiva. La ordenanza es demasiado vaga, dicen. Dado el actual clima politico conserva- dor-reaganita, podria ser utilizada para suprimir otras cosas que la pomografia Lois Sheinfeld, abogada y profesora de- New York University, recuerda que en este siglo las leyes antipomograficas fueron utilizadas para suprimir los tra-

halos de Margaret Sanger sobre métodos anticonceptivos.

_Otras _feminist.as desconfian de la alianza circunstancial con la derecha.

“g_ Debe el movimiento de las mujeres —se pregunta Nan Hunter, fundadora de FACT—, aliarse con fuerzas que son abiertamente racistas, homofobicas y

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'-v.1.—_-,--

"En redad,la 1 n


su posicion: nada que decir acerca de lo que las perso-

nas hacen en su vida privada, a menos . que estas personas le impongan la porno- . grafia, fuercen o violen a otro. Si la prac- tica sexual personal, privada implica el ~ uso de pomografia que algun otro debe » producir, la cuestion, entonces, es: g_tie- nen esas personas derecho a ese produc- ' to, sin importar el costo que implica para - quienes deben producirlo? Cuando ve- » mos lo que realmente les hacen alas mu- jeres que hacen este producto, gquién 3

puede decir ‘yo tengo derecho a ese pro-

ducto porque lo necesito en mi Vida se- '

xual’? Este es el conflicto mas directo

que yo veo: quienes dicen ‘tengo dere- ' chos sexuales privados que involucran ’

el uso de pomografia, contra nuestro reclamo de ‘no,-Ud. no tiene el derecho a usar a gente explotada y desposeida para obtener ese producto que Ud_ necesita para tener sexo’.”

Tomado de Reuista Ms.Abr/1985 UU. .

anti-aborto, simplemente porque tam- bién son anti-pomografia? ¢',Va1e 12-1 P9‘ na e1 riesgo?” _

Dworkin opina que 51'. En su hbro “Mujeres de la derecha”, sostiene que la pornograffa es el centre de la opte- sion femenina y que puesto que todas las mujeres son victimas potenciales, todas deberian unirse para combatirla.

En verdad, la escalada pornograflca y la erotizacion de la violencia ha ad- quirido dimensiones asustadoras en_ los Estados Unidos. Abundan las revistas y videos con imagenes cada_vez mas fuertes, al alcance de cualquiera. Los mimeros de diciembre y enero de “Pen- thous” una revista de grado m€dl0. mostraba mujeres asiaticas atadas y amordazadas. “Hustler”, d}? 3E°5t°- “P3 violencia grupal en una carcel, con sie- te prisioneros y una policia.

Algunos estudios sostienen que esta

0 tiene