Tiré la descripcion en el tacho de basura was cercano y, con gran alivio de mi parte, me sen- ti finalmente una mujer. Mi analista se quedo pasmado y has- ta lo reconocio. (No llego a na- cerme un descuento por ello, pe- ro eso hubiese sido pedir dema- siado).
Ahora estoy tratando de descubrir cdmo sentirme un ser humano sin, para llegar a ello, tener que volverme autoritaria, competitiva, sobradora y cagado— ra. 0 sea, cano hacer para sen- tirne con derecho a compartir la herencia de la hmanidad y sus ventajas sin parecerme a1 modelo social actual de varon exitoso. Que me concedan esas ventajas ya es otra historia, pero sentirme con derecho a ellas ya es un im- portante primer paso. Curiosa- mente este filtimo problema no es un problena exclusivamente feme— nino. Es tanbién el problena de todos los varones que no consi- guen parecerse a James Bond, o que si 10 consiguen ocasiona1- mente se sienten incanodisimos en ese papel. Son muchos, por- que, asi como la descripcion de "mujer" no se parece a las muje- res, descubri que la descripcion
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Alternativa Fcminista
de "hombre" tampoco es particu- larmente exacta, aunque sea mu- cho nfis halagflena.
Supongo que por todo esto el feminismo. Y por otra cosa. Hace mas de cien afios, en Ingle- terra, un grupo de nmjeres pre- tendio ingresar a una universi- dad. Con pequenas diferencias de léxico las tacharon, conn ahora a las feministas, de na- chonas, locas y desamoradas. De todas maneras, los estudiantes varones las corrieron a pedra- das. Pero porque ellas, hace mas de cien afios, lo intentaron, es que yo, hace mucho menos, pu- de inscribirme, cursar y obtener un titulo en una universidad sin dennsiado drama. Otras mujeres, aqui y allé, en este siglo afrontaron, por primera vez en forma no vergonzante, la enorme desaprobacion social e intenta- ron vivir su vida a su nnnera. Y por ellas yo puedo hoy (eso si, con mediano drama) vivir mi