Página:Analisis del juego de ajedrez.djvu/18

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rotada 7; así a 8 es la casilla de la Torre de la Reina negra, b 8 la del Caballo, y así sucesivamente hasta h 8, que es la casilla de la Torre del Rey; del mismo modo a 7 es la casilla del peon de la Torre de la Reina, b 7 la del peon del Caballo. etc.,[1](Véase la lámina II.)

7. Debe notarse que la única diferencia que existe en la primera disposicion de las piezas en ambos lados, es que el Blanco tiene siempre el Rey a su derecha, mientras que el Negro le tiene constantemente á su izquierda; pero hallándose colocadas todas las piezas del juego frente unas de otras y correspondiéndose naturalmente, es claro que las mismas letras designan las líneas donde se hallan las mismas piezas en cada lado, y así no hay mas diferencia que la colocacion primitiva de las piezas de izquierda á derecha respecto del Blanco, y de derecha á izquierda respecto del Negro.

Fúndase pues este método en tener cada pieza destinada una de las ocho líneas perpendiculares del tablero, la cual está ocupada al propio tiempo por la pieza del adversario que le corresponde en el juego. En efecto, el tablero debe considerarse como un campo de batalla cuyas casillas ó puestos pueden ser igualmente ocupados por las piezas de ambos jugadores, segun que penetran mas ó menos en el terreno del contrario. Por este principio, la designacion de la casilla ó puesto que ha de ocuparse debe ser la misma para el Negro que para el Blanco.

8. Dedúcese de aquí, como se verá mas claramente por la maniobra de las piezas en el tablero, que el Negro tiene necesariamente que contar las casillas en sentido contrario del Blanco. Saliendo este de una casilla numerotada 1, donde está colocada su pieza, va hasta la casilla numerotada 8, que es la

  1. Para familiarizarse en poco tiempo con este método, pueden escribirse, al principio, las letras y guarismos en los bordes del tablero como se ve en la lámina II. Por este medio hemos visto á muchos principiantes acostumbrarse á jugar desde la primera leccion.