mi alma, pues observo con pesar, que unas veces nos hemos presentado en extremo serviles y otras como verdaderos salvajes.
No hay que olvidar ni por un momento que las autoridades militares que hoy nos rigen, han de ser las que informen de nuestro estado de cultura al Gobierno de Washington y esta será la norma en aquel se inspire para nuestro futuro gobierno, que en mi concepto, seremos por mucho tiempo colonia gobernada militarmente, pues antes de la llegada de los americanos, con el ensayo de autonomía que tuvimos y después que ellos llegaron, con esperanzas de más libertades, hemos probado en cien ocasiones, que carecemos de educación politico-social y que estamos inhábiles para vivir la vida de los pueblos libres.
Esta es mi opinión franca y sincera, que si ruda y desagradable, se me perdonará en gracia de la honradez con que la expongo en bien del pueblo de cuyo seno procedo.
Recapacite nuestro pueblo a fin de que se enmiende de pasados errores, que de repetirse, pueden hacernos dar un paso atras y ser de fatales consecuencias para el porvenir: vuelva sobre ellos y piense que por la senda emprendida no se va más que al descrédito de nuestra personalidad, que puede ser anulada para todo, en tanto que la de los españoles, en breve tiempo tendrán aquí su representante, y como extranjeros, disfrutarán de la misma consideración, del mismo respeto,