LUCRECIA CENTENO DEL CAMPILLO
Que el Dios de las alturas Reciba nuestra ofrenda
Y llene nuestros pechos De abnegación suprema.
RUBEN DARIO
De Nicaragua en la brillante historia, La musa cinceló tu monograma;
Y ahora en su duelo, con amor derrama Sobre tu pira, el fuego de su gloria.
Para siempre tu cuerpo en la mortuoria Urna de mármol, tu grandeza aclama; ¡Y el clarín estruendoso de la fama,
Canta cl himno triunfal de tu victoria!
Al cruzar de la Estigia el hondo arcano No anrlarás en la margen del olvido: El nurven de la excelsa poesía.
Guía tu: barca con segura mano, A través de su oleaje fementido A la coria inmortal de un nuevo día.
ACTO DE FE
Todos 'os días al abrir los ojos
Mi pr “er pensamiento es para Dios; Como 'acedor del mundo le contemplo Y ads 'ro el esplendor de su creación.