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Página:Antologia Poesia Femenina Argentina.djvu/306

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304 ANTOLOGÍA DE LA POESÍA FEMENINA ARGENTINA

MI PRIVILEGIO...

Tú te diste, mi madre, con entrega infinita

a un hijo ciego y triste de la raza maldita,

que engrillado a la carne muere y nace mil veces sin encontrar a Dios...

Pecaste madre-diosa contra tu casta toda

de tu racial pecado soy la flor milagrosa, amasado está el barro de los seres humanos en mi carne de diosa...

Y como tú mi madre yo pude darme entera

en una enorme dádiva de amor y compasión

a un pobre ser humano que no supo siquiera comprender ese don...

A un pobre ser humano que en mis ojos no supo buscar a Dios.

Mi pecado es el tuyo más humano y más triste... No soy, como tú, diosa. Tampoco soy mujer. Soy sólo un angustioso interrogante

sobre el misterio absurdo de mi ser.

No sé vivir la vida de los seres humanos, no sé vivir como ellos dando y tomando a trueque: soy pobre y desvalida entre éstos mis hermanos...

A ti, mi madre-diosa, el dolor no te llega,

a mí, mi bastardía al dolor me encadena...

Y éste es el privilegio madre-diosa, que tú me diste: el vivir tu pecado más humano y más triste.

El vivir tu pecado más humano y más triste.