SARA SOLÁ DE CASTELLANOS 433
Tienen grandes patios, cual las abadias, huertos sombreados, largas galerías, donde el sol es amo desde la mañana y pasea la luna como castellana.
Solemnes salones, donde los estrados daban a las damas fueros ya olvidados, donde el clavicordio ritmaba pavanas, y sobre las claras lunas venecianas pasaban las finas siluetas hermosas,
y del gentilhombre las galas pomposas.
Ornaban sus patios fragantes rosales y blancas diamelas. Sombrosos parrales daban en estío racimos dorados,
y flores muy rojas los verdes granados.
En la piedra de armas, sobre los portales campaneaban los nobles blasones feudales, con que se ufanaban en los buenos días de los tiempos idos de las fidalguías.
De cuando orgullosa su puerta se alría para quien triunfante de guerrear volvía de cuando en su vano se vió destacada gallarda figura de capa y espada;
¡de cuando se oyeron por sobre las losas las nobles espuelas cruzar sonorosas!
De los tiempos idos, de propicias rejas a las serenatas, adioses o quejas, donde los claveles blancos y encendidos oyeron promesas guardaron suspiros...
De los tiempos idos que no tornarán y que las casonas añorando están.
