Emma SOLA de SOLA
Nació en Salta y pertenece a una de las más antiguas familias de la sociedad de esa provincia. Es hija de don Manuel Solá y hermana de la poetisa Sara Solá de Castellanos y de Miguel Solá. Desde muy joven demostró su afición a las letras, revelándose como poetisa en los juegos florales celebrados en Salta el 17 de junio de 1921 en conmemo- ración del centenario de la muerte de Giiemes, en los que fué premiada su “Elegía a la muerte de Giemes”.
En 1922 publicó su primer volumen de versos “El agua que canta” y en 1928 “La madre del viento”, este último editado en Madrid. Ambos libros confirmaron los antecedentes de la poetisa, consagrándola la crítica como una de las autoras más representativas de la literatura nacional. Entre los juicios personales, podemos citar los emitidos por José León Suárez, Clemente Onelli, Ricardo Rojas, Arturo Capdevila, Carlos Ibar- «guren, Ernesto E. Padilla, Amalia Previsch de Piossek y Ciro Torres López.
MIENTRAS CAE LA NIEVE
Capullitos blancos en que cae la nieve, —un albo capricho de este día invernal — capullitos blancos que en contacto breve deshace este suelo casi tropical.
Te son más propicios los bordes del muro, las tejas combadas, y el limpio verdor de la hoja que brilla guardando tu puro velloncito leve, con leve temblor.
