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ANTOLOGÍA DE LA POESÍA FEMENINA ARGENTINA
Y tu nombre!
Tu nombre era una estrella errante que el orto del corazón lanzaba, por todas partes:
—Blanca, Blanca, Blanca. Tu nombre,
montaña que se desmoronaba llorando en los labios maternos.
Tu nombre,
como un río azul que pasa y se pierde.
Tu nombre,
bandera entre banderas caída de lo alto, en la palma de nuestra angustia.
Tu nombre,
como un punto vivo y flotante zambullía en el mar de aquel dolor.
TREN NOCTURNO
Tren nocturno, tren sudoroso,
bestia cansada en el brete de un andén, yo te he visto
a la semiluz de unos faroles roncos.
La noche como un grito venido de occidente, se pegaba a sus flancos,
y el látigo de acero de tus pitos silbantes castigaba el aire.
Yo he visto tus amos diligentes: dos figuras trazadas al carbón, azuzar tus calorías,
y he sentido tu arranque lerdo,