Página:Antonio Machado - Nueva Canciones (1924).pdf/19

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

VI

Demeter la miró con faz severa.
—Tal es, raza mortal, tu cobardía.
Mi llama el fuego de los dioses era.
Y al niño, que en sus brazos sonreía:
Yo soy Demeter que los frutos grana,
¡oh principe nutrido por mi aliento,
y en mis brazos más rojo que manzana
madurada en otoño al sol y al viento!...
Vuelve al halda materna, y tu nodriza
no olvides, Demofon, que fué una diosa;
ella trocó en maciza
tu floja carne y la tiñó de rosa,
y te dió el ancho torso, el brazo fuerte,
y más te quiso dar y más te diera:
con la llama que libra de la muerte,
la eterna juventud por compañera.