Página:Apología de Sócrates por Jenofonte (1871).djvu/20

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tada mi muerte? (24) ¡Y si se traláse de que, rodeado de goces, tuviera qué morir prematuramente! ciertamente que debia ser un molivo de afliecion para mí y para mis amigos; pero si voy á dejar la vida cuando ya sólo sufrimien= tos debo esperar en ella!..... creo, pues, que al yerme á mí contento, debeis participar de mi alegría todos vosotros. (25) —Pues yo me subleyo contra esa sentencia, dijo Apo= lodoro, hombre sencillo, que le era muy adicto y que estaba allí presente: porque veo que mueres injustamente.— Queridísimo Apolodoro, le contestó Socrates, (26) pasándole la mano cariñosamente por la cabeza, pues ¿por ventura querías lú mejor verme morir con justicia que con inocen= cia? y al mismo tiempo dejó yer su afable sonrisa, (27)

Cuentan tambien que al ver á Anito que pasaba, dijo: ese hombre va tan enorgullecido, como si hubiera realizado una accion grande v bella con haber votado mi muerte..... y porqué? porque le hice notar que no estaba bien que él, honrado por la Ciudad con los mas eleyados cargos, reba= jára á su hijo hasta el oficio de curtidor...... El insensato! no conoce que entre él y yo el triunfo será siempre de aquel (ne en todo liempo haya ejecutado las cosas más útiles y bellas!..... Pero Homero concede á algunos de los que están para morir el don de penetrar en lo venidero, (28) y 0s voy á pronunciar un valicinio: he tratado un poco de tiempo al hijo de Abito, y no me parece un espíritu desprovisto de energía: pues os anuncio que no ha de permanecer en el oficio servil á que el padre le ha consagrado; falto de un honrado guia que le conduzca, sucumbirá á una pasion vergonzosa; y ya en adelánte continuará progresando en el camino de la deprayacion.

Los hechos correspondieron á la profecía: el mancebo se entregó al vicio del vino, y ébrio á todas horas concluyó