Página:Apología de Sócrates por Jenofonte (1871).djvu/6

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 6 —

=p ántes se habia manifestado rígido y severo contra la prepotencia de los tiranos. Pero le cupo, como observa bien uno de sus mas ilustres biógrafos, la suerte que en todos los sielos sufren los hombres que no pueden ponerse del lado de las injusticias. Disfrazaron sus enemigos con un pretesto sagrado el medio que buscaron para perderle, vengándose de tan execrable ¿indigno modo de sus ataques políticos. —Acusáronle ante los heliastas de «corruptor de la juventud» y maestro de nuevos dioses», citando el dicho frecuente del filósofo que «escuchaba una voz interior, un (Grénto, (Acaóv.oy); que le enseñaba el modo de obrar.—Tal fué el pretexto de que se valieron un trágico sin talento, un ricacho mal= vado ó fanático y un impudente anarquista, Mélito, Anito y Licon, cuyos nombres se verán cubiertos perpétuamente de infamia, para pedir la muerte del que con razon consideró el oráculo de la antigitedad como «ekgnás generoso, el más Justo y el más sabio de los hombres.»

Los pormenores de este interesante drama, así como las doctrinas y los hechos de aquel pensador ilustre, se han conservado religiosamente por sus dos esclarecidos discipu= los Platon y Jenofonte.

TI. JENOFONTE.

Habian sido derrotados los atenienses por los tebanos en.una de las salidas que hicieron aquellos despues de la toma de Delium. Uno de los guerreros atenienses, mancebo de unos veinte años y de gallarda presencia, cuyo caballo habia sido muerto, cayó en tierra cubierto de heridas. Un compatriota suyo, soldado de atlético y rudo organismo, pero de grave y dulce continente, reconoce al jóyen guerrero,