Su patriotismo fué de exelente ley. Preparar á los compatriotas para los nuevos destinos á que les llamaba la revolución, fué uno de sus primeros objetos. Esos destinos los previó con la sagacidad de su jenio, desde un tiempo en que debía ser una insensatez si nó un delito el imajinarlos. Cuantas veces no esclamaba bajo las bóvedas de sus aulas : "qué haya uno nacido en un suelo en que el jenio oprimido pierde su vigor!... Los americanos son culpables; nos agoviamos bajo el yugo cuando el tiempo há se nos viene á las manos el sacudirlo. Pero es necesario trabajar, ilustrarnos: no se qué " presajios advierto de libertad y es necesario formar hombres".
Magnificas palabras conservadas por un testigo; tanto más notables, cuanto que resonaban en las paredes de un convento de franciscanos!
Lleno de esta idea de preparar hombres para la libertad, abrió las puertas de la biblioteca de San Francisco á cuantos talentos jóvenes aparecían con algún lucimiento. El Dr. D. Mariano Moreno fué uno de estos, y la protección del ilustre fraile le siguió hasta Chuquisaca á donde fué á completar la educación que bajo tan buenos auspicios había comenzado en Buenos Aires.
El P. Rodríguez fué un apasionado activo de la libertad de su patria y daba por infecundos y