probablemente decisiva, en la suerte de los hermanos Carrera, acusados de delito de lesa patria. Condenados estos á la pena capital por el fiscal de la causa, quiso oír el gobernador de Mendoza el parecer de algunos letrados y entre estos el del Dr. Monteagudo: este se pronunció por la necesidad de cumplir una sentencia justificada por la indudable naturaleza del delito de que eran acusados los reos.
Monteagudo mantuvo la confianza del libertador de Chile, con quien pasó al Perú desempeñando el mismo empleo de Auditor del ejército.
Las relaciones entre Monteagudo y San Martín eran de data antigua; venían desde el movimiento semi-popular y semi-militar que derrocó la junta de que era secretario D. Bernardino Rivadavia, el día 8 de Octubre de 1812. Monteagudo fué el alma de aquella revuelta, que San Martín apoyó, desplegando en la plaza principal de Buenos Aires, la lucida línea de sus granaderos á caballo.
En 3 de Agosto de 1821, el jeneral San Martín se declaró Protector del Perú y formó un ministerio en el cual dió el departamento de guerra y marina al Dr. Monteagudo. Duró en el manejo de este ramo de la administración hasta el 1º de Enero de 1822, pasando en este día á desempeñar el ministerio de Estado y Relaciones Exteriores. El cumplimiento de los deberes de tan elevados puestos le trajeron