Mártir ó libre, el Independiente, el Grito del Sur, fueron el eco de un espíritu tan frenético de democracia que tenia por favorable al despotismo la doctrina misma del contrato social. Tal es la ingenua y posterior confesión de su propio redactor.
En el seno de la Asamblea Constituyente instalada á principios del año 1813, se mostró Monteagudo, promotor inteligente y celoso sostenedor de las grandes medidas de reforma dictadas por aquella corporación nacional.
En el mes de Julio de 1815 ausentóse de Buenos Aires para un viaje á ultramar que duró hasta finos de 1817. Después de visitar á Río Janeiro recorrió gran parte de la Europa: en Marzo de 1817 estuvo Monteagudo en Burdeos, según una carta autógrafa de este, que tenemos á la vista.
Vuelto á su patria, pasó al lado del General San Martín á desempeñar en las gloriosas campañas de Chile el cargo de Auditor de guerra. No debió este empleo á otra influencia que á la de su mérito reconocido por las autoridades chilenas según consta de documentos oficiales. Un solo día no se apartó de su jefe en aquellas rudas y peligrosas operaciones militares. En la noche del espantoso desastre de Cancha-rayada, el Auditor se separó de San Martín á la altura del pueblo de San Fernando para pasar á Mendoza, en donde tomó parte indirecta, pero