no le recompensase con el mando efectivo del vireinato, acéfalo por la fuga cobarde de Sobremonte y por las medidas tomadas contra este indigno mandatario por la Audiencia gobernadora.
Los adversarios del vencedor obraron en seguida más abiertamente contra él y llegaron hasta los hechos. La primera revolución armada que presenció Buenos Aires fué la que tuvo lugar el 1° de Enero de 1809, especie de tumulto militar sofocado principalmente por la actitud decidida que los patricios tomaron unánimes en defensa de la autoridad de Liniers. "Cuando los españoles se dividieron entre Liniers y Alzaga (dice un escritor argentino) Rivadavia se puso del lado del primero porque la idea americana en ello ganaba, y su resolución fué de gran peso para hacer inclinar la balanza en favor de Liniers."
Los que están al cabo de las curiosas complicaciones de aquella época, aseguran que este no solo era el caudillo querido del pueblo por sus brillantes proezas, sino porque los sucesos le habían colocado, sin que él mismo lo percibiese, á la cabeza de los instintos patrios, despertados con el sentimiento del propio valor, en oposición al prurito de superioridad y predominio del partido peninsular.
El jérmen de la revolución había llegado hasta nuestras playas, sin duda, con las ideas de la filosofía