política de la Francia moderna; pero puede decirse también que la revolución de 1810, tan favorable al desenvolvimiento del comercio inglés en estas regiones de América, fué avivada indirectamente con el toque de las generalas con que el tambor argentino, convocaba á la defensa contra los soldados de la Gran Bretaña.
La posición en que la fuerza de las cosas había colocado á Liniers, era ya de suyo una poderosa razón para que el Sr. Rivadavia se hubiese conducido para con él de la manera que hemos visto en el suceso del 1° de Enero. Pero, militaba á mas una circunstancia personal que comprometía su gratitud para con el jefe bizarro de la defensa de Buenos Aires.
Liniers, para arrancar de manos de sus enemigos domésticos una arma terrible, dispuso que la jura de Fernando VII se verificase el día 21 de agosto de 1808, inmediatamente después que llegó á este puerto la noticia de la exaltación de aquel monarca al desacreditado trono de sus padres. Aquella ceremonia debía tener lugar con el aparato y la pompa de que era capaz una ciudad rica y populosa, y ocupar en la fiesta un lugar señalado el Alferez real; empleado de cuenta cuya única incumbencia era pasear erguido el estandarte de la conquista.