Corriendo el año de 1657, y durante las revueltas que acompañaron en su caída á los xerifes, tuvieron los portugueses que sostener en Tánger una guerra bastante empeñada con los moros de las inmediaciones[1]. Gobernaba á los de Alcázar con cierta independencia, al parecer, un tal Gailán, y en los mismos términos regía un cierto Algazuán á los tetuaníes. A la muerte del rey Juan juzgó Gailán que los portugueses, desanimados, no sabrían defender á Tánger, y con las gentes de Alcázar y las de Tetuán, que acudieron en su ayuda, formó un ejército de veinticinco mil hombres, sin artillería, con el cual embistió la plaza. Fácil fué á su gobernador D. Fernando de Meneses, conde de Ericera, contrastar con sus baterías las espingardas de los moros y rechazar con su lealtad las propuestas de soborno que le dirigió el mahometano. Atrájolos un día á las puertas de la ciudad, fingiéndose casi rendido, y allí, con granadas de mano, que los inexpertos moros no conocían, les causó daño muy considerable. En otra ocasión, al salir á forrajear la caballería de la plaza, tuvo que sostener un choque, en el cual las desordenadas turbas de Gailán llevaron la peor parte. Levantó con esto el sitio el moro, sin acertar siquiera á romper los conductos que desde fuera llevaban una parte del agua necesaria á la ciudad; y al retirarse, le tendió una celada el adalid portugués Simón López de Mendoza, en que le causó mucha pérdida. Irritó esto á Gailán, de
- ↑ Francisco Brandano: Dell'Istoria delle guerre di Portogallo che continua quella di Alessandro Brandano. Roma, 1716, L. xiv, segunda parte.