mirar por sus hijos, y movido de la gran fidelidad que le había demostrado en todas ocasiones y de las notables cualidades del mayor de ellos, por nombre Muley-abd-el-rahman ó Abderrahman, le nombró sucesor al trono y heredero de todas sus cosas. Al propio tiempo escribió á los de Fez y á los principales xeques de las tribus, recomendándoles que á aquél prestasen obediencia, como que era el único de la familia imperial que podía ejercer el imperio. De los tres hijos que tuvo en esclavas negras, no se hizo cuenta alguna, considerándoles el padre mismo como indignos de ocupar el trono. Luego murieron todos ellos, uno tras otro, sin causar, como era de temer, disturbios ni guerras civiles, cosa siempre rara en África.
Muley-Abu-fadhl-Abderrahman-ben-as-Sultán-Muley-Hixem, que con todos estos apelativos fué conocido entre los suyos el padre del actual soberano de Marruecos, nació en 1778 y tenía, por consiguiente, cuarenta y cuatro años cuando sucedió á su tío en el trono. Hallábase de gobernador en Suira ó Mogador cuando recibió las nuevas de la muerte de Muley-Suleiman y de su inesperada fortuna. Al punto se encaminó á Marruecos, en donde fué muy bien recibido y de todos aclamado por soberano. Desde allí puso los ojos en la ciudad de Fez, porque en la parte de ella que se llama Fez el nuevo, separada de la otra, á la cual dicen Fez el viejo por el río Guadilchenhari ó de las Perlas, y tan frecuentemente discorde con ella en sentimientos y opinianes, se hallaba fortalecido Muley-Said, desde que en Xeferaz fué derrotado por Muley-Suleiman; y todavía se mostroba esperanzado en alcanzar el imperio. Escribió Muley-Abderrahman á los de Fez el viejo, pre-