Página:Apuntes para la historia de Marruecos.djvu/227

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
221
HISTORIA DE MARRUECOS

fieles compañeros, desdeñado de la población que oprimía con su imperio, sin armas ni soldados, no tenía otro recurso que ponerse en manos de su contrario y esperar de su generosidad la vida. Obtúvola, y además una renta proporcionada á su rango, con obligación de no salir de Tafilete, donde permaneció tranquilo el resto de sus días, que no fueron largos. Entretanto Muley-Abderrahman, desde las orillas del Guadiemquez se vino acompañado de innumerable gentío á Fez el viejo, y desde allí á Fez el nuevo, cuyos moradores le abrieron las puertas, recibiéndole también con grandes demostraciones de júbilo. Llegado á la alcazaba recibió en ella el homenaje de todos los alcaides y faquíes, y repartiendo mercedes entre los principales de sus vasallos, y poniendo en orden alguna de las cosas revueltas con la guerra civil, dio principio á su gobierno.

Fué éste tranquilo como ninguno se hubiese conocido hasta entonces en Marruecos. Un reposo patriarcal, apenas interrumpido por alguna sedición parcial y por la guerra extranjera, habría permitido al imperio desarrollar su prosperidad y su cultura, si esto fuese compatible con su religión y sus instituciones. Pero nadie recordaba ya siquiera las atrevidas reformas de Sidi-Mohammed: el fanatismo musulmán parece que crecía de año en año, según se aumentaba la ignorancia; y con escasa fortificación y armamento las plazas, completamente desorganizada la fuerza militar y desarmada la escasa marina de guerra, Marruecos fué durante el reinado del nuevo sultán una de las más bárbaras y de las más débiles potencias de la tierra. La población, copiosísima en tiempos antiguos, hay quien supone que no pasaría ya de ocho millones y medio de almas, y