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APUNTES

soldado de valor sin duda alguna, el cual, no pudiendo sufrir con paciencia los ataques de los moros, hizo varias salidas contra ellos, con frutos semejantes á los que de la salida del general Chacón se habían obtenido. Los moros, aunque ahuyentados de sus ataques y puestos en fuga al principio, cargaban luego sobre la guarnición al retirarse á la plaza, la causaban crecidas pérdidas, y luego se aclamaban como siempre vencedores. Fué á dirigir una de estas pequeñas expediciones en persona el general Prim, que desempeñaba entonces la Capitanía general de Granada, y acompañado del gobernador Buceta, acometió á los moros por dos días seguidos, peleando jefes y soldados con el valor de siempre, mas no con mayor fortuna. Ni era posible alcanzarla cuando tales empresas se acometían con fuerzas que no pasaban de ochocientos á mil hombres entre soldados y presidiarios, y sin artillería; y cuando nada se proponían en ellas los españoles sino pelear durante las horas de sol para volverse al obscurecer á sus cuarteles en la plaza. Tornó, pues, el general Prim á España con el convencimiento de la inutilidad de tales salidas, y poco después se prohibieron formalmente, con grande acierto sin duda, porque en las últimas que se hicieron fueron mayores que nunca nuestras pérdidas por la experiencia que iban adquiriendo los moros, y menores aún que de ordinario las ventajas. De esta suerte volvieron á continuar las cosas como estaban durante algún tiempo, sin otros sucesos notables que la sorpresa venturosa que logró cierta noche uno de los gobernadores de la plaza, apoderándose sin pérdida alguna de uno de los cañones de los moros; y la emboscada en que cayó al querer repetir aquella hazaña un destacamento de pre-