esta honra la reñida acción que entre los espesos bosques que rodeaban la linea del Serrallo y en la linea misma no fortificada todavía, sostuvo contra los moros el 25 de Noviembre la vanguardia del ejército, sola aún en el territorio africano, bajo el mando del general Echagüe, gloriosamente herido, y con un caballo muerto en el choque; la acción del 30 del mismo mes, en que rechazó valientemente un ataque enemigo el propio primer cuerpo ó de vanguardia, bien dirigido por el general Gasset en aquel encuentro; la acción del 9 de Diciembre, en que el general Zavala se mostró digno de su reputación antigua; la esforzada y hábil defensa que hizo de su campamento el general Ros de Olano en varias ocasiones, y principalmente en 30 del mes citado, y aquella serie, en fin, de sangrientos combates que sostuvo el ejército mientras se acostumbraba á la práctica de la guerra, cobraba confianza en sí mismo y en sus caudillos, se endurecía en la fatiga, fortificaba su base de operaciones en las alturas del Serrallo, abría el camino á Tetuán y completaba su aprovisionamiento; trances todos en que lo mismo que los principales caudillos, cumplieron los subalternos generales, jefes y oficiales con su deber, y se señalaron los soldados con hazañas singulares, no diversas de las más preciadas de otros siglos. Al fin, en 1.° de Enero del presente año emprendió la marcha sobre Tetuán el general O'Donnell, conde de Lucena, con los cuerpos de los generales jefes de brigada y demás generales y jefes que han coadyuvado á los triunfos obtenidos. La historia detallada de la guerra hará al valor de todos la justicia que no nos es dado hacerles á nosotros en este momento.
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