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HISTORIA DE MARRUECOS

Muza-ben-Noseir y del largo tiempo transcurrido en el dominio árabe, conservaba la tierra no pocos moradores cristianos y judíos, los cuales ocupaban las gargantas del Atlas y puntos y fortalezas casi inaccesibles, y libremente practicaban sus ritos religiosos, viviendo en total independencia. Propuesto á exterminarlos, marchó contra ellos con todas sus fuerzas. La última centella del Cristianismo se apagó en África cuando Idris, muertos ó cautivos aquellos fieles, arrasó los lugares que ocupaban, y entre otros las fortalezas de Fandelava, Medinna, Bahalula, Colad y Guiata, donde abrigaban su pobre fortuna. Pero el príncipe mauritano no gozó mucho de tales triunfos. El califa Harun Arraxid, al saber los hechos del aborrecido rival, desconfiado de vencerle por armas, apeló, para acabar con él, á una maldad horrible, que fué enviar á su corte cierto hombre vil y mañoso, llamado Suleiman, el cual, ganando primero la confianza de Idris, le envenenó con un pomo oloroso. El fiel liberto Raxid salió en persecución del traidor, y alcanzándole al paso del Muluya, le hirió en la cabeza y brazos; mas al fin escapó con vida de sus manos. En seguida recurrió á los régulos ó caudillos de las tribus, y les propuso que nombrasen otro rey hasta ver si de Quinza, mujer esclava que había dejado preñada Idris, nacía hijo varón que pudiera sucederle, y cuando no, tomar con detenimiento otro partido. Bien quisieran los naturales nombrar por rey al propio Raxid; pero dóciles á la voz del noble anciano, determinaron esperar el parto de la esclava. De ésta nació el príncipe á quien llamaron Idris II. Los xeques, al verlo, exclamaron: «Este es un Idris; parece que en él vive aquel otro todavía», y al punto le juraron por su señor. En