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APUNTES

se derivó el apelativo de almorávides. Ni se contentó éste con la predicación religiosa, sino que poco á poco les fué comunicando los conocimientos y noticias que en ciencias y artes poseía. Luego los almorávides cobraron gran ambición, y determinaron salir de sus soledades y yermos, y extenderse por el mundo, viendo con la reciente cultura cosas que no habían imaginado, y deseando otras en que no habían parado mientes jamás. Caminaron, pues, formados en poderosa hueste hacia el interior de Mauritania; y como ésta estuviese á la sazón tan desvalida, porque los califas de Córdoba no podían ya acudir á ella, y por ser sobrado flacos los gobernadores ó príncipes tributarios de Fez, lograron en poco tiempo hacerse dueños de la mejor parte del territorio, señoreando también las costas y ciudades marítimas. Abu-Becr, su caudillo, viéndose en tal estado y apto para fundar una formidable potencia, determinó edificar ciudad nueva y á propósito para poner en ella su corte. Tal es el origen de la fundación de la gran ciudad de Marruecos, que hoy da nombre á todo el imperio.

Pero Abu-Becr no pudo llevar á ejecución sus altos pensamientos. Habiendo vuelto al desierto á combatir ciertas tribus enemigas de la suya, dejó encargadas las cosas del nuevo Estado á su primo Yusuf-Ebn-Taxefin, el cual se dio tan buenas artes, que, ganado el amor de los soldados y el respeto del pueblo, vencedor de muchas batallas y dueño de tesoros inmensos, no parecía ya posible despojarle del mando que interinamente tomara. Discreto anduvo Abu-Becr cuando al volver le cedió voluntariamente todas las tierras conquistadas en Mauritania, reservándose tan sólo el gobierno de las