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FERNÁNDEZ DE MORATIN

y la diosa Calipso arder se siente
cuantas veces de Troya los asaltos
le obligó á repetir Palas, robada,
Dolon preso y el bárbaro Caballo.
El cirujano y médico las pagan
con sangrías, visitas, y con purgas;
el boticario, y aun las artes bajas
á trueque de puntadas y zapatos;
pero el gran necio que no sabe nada
á poder de dinero lo hace todo.
¡Oh ricos! No os jacteis con torpe modo,
de conseguir bellezas que vendidas
son á vuestro dinero solamente;
y ellas luego á la industria aficionadas
de mis doctos discípulos os venden
y es el más tonto aquel que más estafan.
Y porque conocer al enemigo
en todo trance es cosa de importancia
estudia el tono con que el canto quinto
instruye á las resueltas cortesanas.
Así el gran Pedro el Czar aunque vencido
en Narva, aprendió el arte de la guerra
que enseñó su contrario Carlos doce,
luego en Pultova su victoria horrenda.
Huye tú, pues, de putas que conocen
las artes Moratínicas aleves