que hacen novenas y oyen muchas misas.
Estas te ponen el camino llano
sino quieres cansarte en ir con ruegos
á Mariquita Cárdenas, ó acaso
á la Pepa Gnzman, escatimosa;
ó si meter pretendes el cilindro
en el coño candeal de la Pitona,
ó la que vive enfrente de la puerta
del que mató al dragón llamado Araña,
de la mujer del médico, ó si quieres
fecundar el ovario á doña Jorja,
ó la sobrina del prior Gutiérrez,
ó las mujeres de los empleados.
en rentas, oficinas y otras plazas
de mucha vanidad y pocos cuartos,
ó á la hija hermosa del hidalgo pobre,
que rabia por ser rico; ó bien si intentas
que de teatral Venus te atiborren,
cómicas, bailarinas y cantoras,
pues aunque los estímulos socorren
del árbol braguetal, todas presumen
de virgenes Dianas cazadoras.
Ni ¿por qué callaré de altas señoras
la flaqueza tan mal disimulada
que á la puerta de un templo, abandonada
á pajes y cocheros la carroza,
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ARTE DE LAS PUTAS