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ARTE DE LAS PUTAS

que tanto importa el crédito y la fama
en los otros empleos como en este:
empleo de experiencia y confianza,
de que el gusto y salud del común pende.
Yo, en fin, como mujer que bien lo entiende,
(me está mal el decirlo, pero es cierto);
en buena hora lo diga, ha cuarenta años
sirvo á grandes de España y religiosos,
á señoras y á monjas, y ninguna
por mí ha perdido, aunque sufrí seis veces
mitras, encierros, troncho, burro y plumas
pero á mi oficio venga quien quisiere
venga la tía Taya, la Rosana,
la madre Anica, ó doña Mari-Pérez,
ó venga la beata santurrona
alcahueta de clérigos y frailes.
Pasan de seis mil virgos en la villa
por mi autoridad deshechos y hechos.
Niña de teta fué la Celestina,
pues sé yo más embrollos é ingredientes
para cien ministerios diferentes;
pero porque envilece la alabanza
en boca propia, callo, y sólo digo
que puesto que eres tú mi parroquiano
y no te pagas de apariencias vanas,
que quieres un buen chocho y un buen culo,