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CANTO CUARTO
o
h putañero, à quien la musa míacondujo á tal altura peregrina
por muchos rumbos que otros no surcaron,
no mis buenos propósitos cesaron!
Aun resta que saber; y si tuviera
lengua de hierro y voz de cañonazo
á tan difícil arte ambas cedieran;
mas si Apolo á los míseros mortales
quiso enseñar algo útil por mi labio;
si mis preceptos y experiencias valen,
pues lo que son rufianas ya has notado,
¡con cuáles versos y con qué alabanzas
te levantara al cielo tu Poeta
si engañas á la puta y alcahueta!