qué en comparación del coche me parecía una pluma.
- Perico dijo á Paulina que le pusiera en el cajón del tílburi un poco de pan y queso, y él puso un buen pienso de avena para mí.
-Adiós, Paulina-dijo montando, al tiempo que daban las diez ;-estaré de vuelta esta tarde, lo más temprano que pueda.
-Te esperaremos para comer juntos-le contestó ella; y salimos á la calle.
Era un hermoso día de mayo, y tan luego como nos vimos fuera de la ciudad, el aire puro y el fresco olor del campo me hicieron sentirme contento.
La familia de Sara vivía en una pequeña granja, é inmediato á la casa había un cercado con algunos árboles frutales y de sombra, en el que pastaban dos vacas. Un joven campesino dijo á Perico metiese el tílburi en el cercado, y que él me pondría á mí en el establo de las vacas, sintiendo no poder ofrecer una caballeriza mejorque -Si las vacas de usted no se ofenden-le contestó Perico, lo que más agradará á mi caballo será pasar una hora ó dos en esa hermosa pradera; es manso, y no podremos hacerle mejor obsequio.
-Hágalo usted, en hora buena-dijo el joven :