Página:Azabache (1909).pdf/256

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 252 —

Sí, trae alguna cosa caliente para Juanillo, y haz un cocimiento cualquiera para mí.

Esto fué dicho con una voz que casi no se oía; respiraba con gran dificultad, pero así y todo, me frotó todo el cuerpo, como hacía siempre, y hasta subió al cuarto del heno para traer un haz de paja más para mi cama. Paulina me trajo un pienso de salvado remojado en agua caliente, que me sentó muy bien, y se retiraron.

Era ya tarde en la mañana, cuando entró Enrique en nuestra cuadra. Nos limpió, nos echó pienso, levantó las camas, y puso paja fresca otra vez, como en los domingos. Estaba muy silencioso, sin cantar ni silbar como.acostumbraba.

Al mediodía volvió, para darnos otro pienso y agua; esta vez venía acompañado de Dora, que lloraba. Por lo que les oí hablar, me enteré de que Perico estaba gravemente enfermo, y que el doctor había dicho que era cosa de peligro.

Pasaron dos días, y notamos que toda la casa estaba en revolución. Nosotros no veíamos más que á Enrique, y algunas veces á Dora.

Al tercer día, cuando aquél se hallaba limpiándonos, sonó un golpecito en la puerta, y se apareció el «Gobernador Cuadrado.

-Vengo á saber como está tu padre, muchacho-dijo.

-Muy mal-contestó Enrique ;-yo creo que 1