cio del oro los que estón interesodos en los cambios internncioneles, habiendo en el resto del pais casi indiferencia por ese precio, lo que mucho contribuye & disminuir In demondo de oro dentro del puls.
Entre nosotros, señor Presidente, los bancos, y el comercio, tal vez sin dorse cuenta ellos mismos de ln rozón, se ven obligados á excluir el billete de bunco de curso legal de las principales de sus transacciones, porque se ha convertido en institución sociol un mecanismo que fatalmente les orrebata el control del mercado del oro, entregándoles al más arbitrario movimiento: al del puro azar.
Entre nosotros, las bolsas de comercio, los centros de comercio, asociociones privodos torlus, han neaporado Ins operaciones del agio entre las monedns de oro y de papel de la República, y, por el hecho, y, por la toleroncia con que se les ha consentido, han venido á ser como instituciones que fijan diariemente el volor de nuestro medio circulonte, con menoscnbo de los mus coros intercses de la sociedad y de la administración.
Las bolsos de conercio son, sin disputo, resortes sociales de la más grande importancia y marcan progresos en el mecanismo de la vida ecônomica moderno, que todo hombre deba aplaudir: hablo de las bolsas de comercio, en cunnto funcionan dentro del grandioso propósito para que fueron crendas.
Pero entra nosotros se hon confundidos dos hechos perfectomente diferantes, la cotización de acciones, lftulos y valores análogos y lo cotización de la monedn nacional, hechos que no se han confundido en las naciones que antes enumeré, Francia, Itolia, etc, y que mucho costó á los Estodos Unidos haber confundido hasto el dín que con vigorosa actitud el Congreso fijó la convertibilidad del hillete en plazo perentorio.
Cuando en una Bolsa de Comercio se cotizan los accio-
